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El dolor de hombro en hemiplejia es una de las complicaciones más común y más incapacitante después de un ictus. Esta disfunción reduce la calidad de vida y puede retrasar y afectar al proceso de rehabilitación neurológica. Sabemos que es necesario un buen movimiento del hombro para que se produzca una buena funcionalidad del brazo y de la mano, por lo que la rehabilitación de la mano y de la función de los dedos, debe empezar cuidando el correcto movimiento del hombro.
Aquellas personas que presentan mayor alteración en el movimiento y la fuerza de la musculatura del brazo tras el daño cerebral son más propensos a sufrir dolor de hombro (Gaitan M. et al. 2019). Por lo que la prevención es fundamental en las primeras fases tras el episodio.
La causa principal de este dolor de hombro es la subluxación de la articulación glenohumeral (el hombro). Esta patología suele deberse a la debilidad de la musculatura del brazo pléjico y puede causar alteraciones en el movimiento e incluso daño en el plexo braquial (Bladel A. et al. 2017), ya que los nervios necesitan movimiento y asegurarse un buen deslizamiento y una correcta tensión.
La subluxación es un aumento del espacio entre la cavidad glenoidea (una parte de la escápula o paletilla) y la cabeza del húmero. Esto se produce porque la musculatura (deltoides, supraespinoso y bíceps braquial) se debilita enormemente y no puede mantener el peso del húmero contra la gravedad (Vadafar A. et al. 2015). A esto hay que sumarle la espasticidad del pectoral mayor, subescapular y dorsal ancho, que arrastran la cabeza del húmero hacia delante (Murie-Fernández M. et al. 2012). Cuando se suman ambos factores, la cabeza del húmero se descentra y desciende, por lo que se hace muy difícil mantener una buena congruencia articular, lo que deriva en un movimiento alterado de la biomecánica del hombro, ya que no será capaz de realizar un buen movimiento íntimo articular y, por lo tanto, tampoco un buen movimiento angular.
¿Qué se puede hacer para prevenir la subluxación y el dolor?
En las primeras etapas de hospitalización, un buen posicionamiento es fundamental. Las técnicas de fisioterapia serán pasivas en un primer momento, atendiendo al movimiento íntimo articular y vigilando o procurando que éste se produzca -bien de manera activa o pasiva- durante el movimiento angular. En las fases en las que el paciente recupere cierta movilidad se optará, en la medida de lo posible, por el movimiento activo (Murie-Fernández M. et al. 2012), ya que parece el más adecuado para restaurar la fuerza y prevenir el dolor y la subluxación, así como para reducir la espasticidad.
Muchos autores investigaron sobre el uso del cabestrillo en el paciente con dolor por subluxación. Aunque es una herramienta que puede ser útil en las primeras fases tras el ictus, parece poco recomendable en las fases más avanzadas, ya que no solo no ayuda a que no se produzca la subluxación, sino que además puede alterar el esquema corporal del paciente (Bladel A. et al. 2017).
La potenciación de la musculatura con electroterapia funcional puede reducir el riesgo de subluxación, siempre y cuando se inicie el programa de potenciación precozmente tras el daño cerebral. Sin embargo, no podemos asegurar que la electroterapia sea una herramienta útil para reducir el dolor o mejorar el rango articular una vez que la subluxación ya se ha producido (Vadafar A. et al. 2015).
La punción seca en la musculatura (pectoral mayor, subescapular e infraespinoso) puede ayudar a mejorar el rango de movimiento y la sensibilidad a la presión de estos músculos. Sin embargo, debemos ser cautos con esta técnica, ya que el estudio solo se realizó sobre 20 pacientes y no demostró mejoría ni en el dolor general del hombro ni en la espasticidad (Mendiguita-Gómez A. et al. 2016).
Bibliografía
Bladel, A. et al. “A randomized controlled trial on the inmediate and long-term effects of arm slings on shoulder subluxation in stroke patients”. European Journal of Physical and Rehabilitation Medicine. vol 53, no. 3, 2017, pp. 400-409., doi:10.23736/S1973-9087.17.04368-4
Gaitan, Melissa, et al. “Characteristics of the Shoulder in Patients Following Acute Stroke: a Case Series.” Topics in Stroke Rehabilitation, vol. 26, no. 4, 2019, pp. 318–325., doi:10.1080/10749357.2019.1590973.
Mendigutia-Gómez, Ana, et al. “Effect of Dry Needling on Spasticity, Shoulder Range of Motion, and Pressure Pain Sensitivity in Patients With Stroke: A Crossover Study.” Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics, vol. 39, no. 5, 2016, pp. 348–358., doi:10.1016/j.jmpt.2016.04.006.
Murie-Fernández, M., et al. “Painful Hemiplegic Shoulder in Stroke Patients: Causes and Management.” Neurología (English Edition), vol. 27, no. 4, 2012, pp. 234–244., doi:10.1016/j.nrleng.2012.05.002.
Vafadar, Amir K., et al. “Effectiveness of Functional Electrical Stimulation in Improving Clinical Outcomes in the Upper Arm Following Stroke: A Systematic Review and Meta-Analysis.” BioMed Research International, vol. 2015, 2015, pp. 1–14., doi:10.1155/2015/729768.
2 Comments
Cual es el mejor tratamiento y prevención.
El tratamiento que ha demostrado eficacia es la terapia manual (movilizaciones íntimas articulares del hombro, estabilización de la escápula y adecuación muscular) sumado a la electroterapia para fortalecer los músculos debilitados.
Quedamos a su disposición en el 696996672 para mayor información
Un saludo,